La palabra Confort está relacionada con la comodidad y el bienestar del cuerpo, por lo tanto el «confort acústico» se vincula a la comodidad de aquellas partes del cuerpo que puedan verse afectadas por los ruidos, como la audición, el sistema nervioso o los problemas articulares generados por el exceso de vibraciones.
Hablar entonces de «confort acústico» significa eliminar las posibles molestias e incomodidades generadas por los ruidos y las vibraciones.
La sensación de molestia acústica es algo subjetivo y por lo tanto variable, dependiendo de las personas y de la actividad que estas realizan. Hay personas que son más sensibles que otras a los sonidos y hay actividades que requieren un menor nivel de ruidos que otras para estar dentro de los límites de confort. No obstante ello, es posible delimitar ciertos rangos o patrones de nivel sonoro (producto de estudios realizados a través de las estadísticas), que se aceptan en general como valores admisibles para las distintas actividades humanas.
Si en una escala sonora, ubicamos por un lado el nivel de ruidos emitidos por diversas fuentes y por otro los niveles de confort acústico recomendados para las distintas actividades, resulta:
Ruidos generados por diversas fuentes sonoras: (valores aproximados)
Niveles de confort acústico según las actividades : (valores aconsejables)
Puede apreciarse que hay una diferencia substancial entre los valores emitidos por las fuentes sonoras y los valores de confort recomendados para las distintas actividades, máxime cuando se trata de ruidos generados en recintos cerrados. Deben por lo tanto plantearse en estas circunstancias, medidas correctivas dentro de la especialidad acústica para tratar de aproximarse a los niveles adecuados de confort.
Los problemas que frecuentemente presentan las construcciones de hoy en cuanto a falta de confort acústico por exceso de nivel de ruidos, pueden sintetizarse en dos situaciones típicas:
- falta de aislación acústica
- falta de acondicionamiento acústico
Es muy importante entender bien esta diferenciación por cuanto ambas situaciones tienen soluciones distintas, y los materiales a utilizar para resolver uno u otro caso son también substancialmente diferentes.
Para ejemplificar el caso a) de falta de aislación acústica, supondremos que: está fuera del recinto donde se encuentra la fuente sonora, percibiendo un elevado nivel de ruidos.
Caso típico de ruidos a vecinos.
- Insuficiente aislación en tabiques divisorios.
- Falta de privacidad en oficinas.
- Ruidos externos que ingresan al ambiente.
- Falta de aislación en cielorrasos y cubiertas.
Esto se debe generalmente a la liviandad de los actuales sistemas de construcción (tabiquería de montaje en seco y cubiertas livianas), más allá de las fallas en aventanamientos y partes vidriadas.
Para ejemplificar el caso b) de falta de acondicionamiento acústico, supondremos que la persona está dentro del recinto donde se encuentra la fuente sonora con un excesivo nivel de ruidos.
Caso típico de ruidos dentro de una planta industrial.
- Recintos con gran afluencia de público, como restaurantes, salones, cines, auditorios,etc.
- Acondicionamiento de salas de música, salas de locución, sets de televisión, etc.
- Tratamiento de ambientes muy reverberantes en general.
Esto se debe principalmente a la dureza de las terminaciones superficiales dentro de los ambientes (generalmente terminaciones pétreas o vidriadas).