Mito 1:
Los aumentos sucesivos de la densidad de por ejemplo la lana de vidrio, aumenta en forma continua su capacidad absorbente.
Si esto fuera cierto, recordando que la lana de vidrio es fibra de vidrio e intersticios distribuidos al azar, esta mejora se manifestaría cada vez que se reemplaza aire por vidrio hasta que su mejor performance se lograría cuando se obtiene finalmente ¡vidrio!. Esta contradicción es lo que los matemáticos llamarían demostración por el absurdo.
Mito 2:
Si el incremento de la capacidad absorbentes de las placas se debe al aumento del área superficial facetada.
Si esto fuera así, las «hueveras» serían excelentes porque siguiendo su contorno tiene un área elevada, conclusión que sabemos no es cierta (otra demostración por el absurdo). Esto es porque se desconocen las formas que permiten la adaptación de impedancias, esto es que la cara cuneiforme permite que el sonido (aire que vibra) pueda penetrar en el material y degradarse en calor.
Mito 3:
Que el polieter y el poliester es lo mismo (desde el punto de vista acústico). Esto es cierto en materiales sin envejecimiento. Con el tiempo, el polieter sufre procesos de «desgrano» con lo que se pierde material y se obturan poros, lo que disminuye en poca o mucha medida el comportamiento original. Esto sin mencionar otras propiedades no acústicas.
Otros aspectos a tener en cuenta para la selección del material es, que el espesor del material incrementa la eficiencia en las bajas frecuencias (sonidos graves). Al mayor costo debe remarcarse las mayores prestaciones del material más caro.