No siempre se encara el tratamiento acústico de una sala de grabación, de FM o TV simultáneamente con la adquisición de su equipamiento. Así es como se incorporan micrófonos, consolas y demás equipos de última generación del que resulta un producto final que no responde a las expectativas ni a la inversión realizada. La explicación en casi la totalidad de estos casos está en el tratamiento acústico deficiente de la sala.
Debe tenerse claro que las señales sonoras transformadas en señales eléctricas desde que son captadas por el micrófono y procesadas por la alta tecnología del equipamiento, pertenecen previamente al antiguo campo de la acústica como rama de la física y responden a sus leyes inmutables. Desde su emisión, el sonido viaja hasta el micrófono el que también recibe al proveniente de una o más reflexiones con sus correspondientes retardos, niveles sonoros y distorsiones por cambios en su composición en frecuencias. Mucho o poco de este proceso quita calidad al sonido que es captado globalmente.
Este proceso puede generar ecos, ecos autosostenidos o flutter eco (a veces traducido como “eco de flauta”) y define tiempos de reverberación. El primero se produce (ratamente en una sala de dimensiones reducidas) cuando un sonido reflejado llega al micrófono con un retardo de más de 0,05 s respecto al directo y con una intensidad que compite con él. Se lo percibe como la imagen intuitiva que todos tenemos de un eco : repetición del original con un valle temporal intermedio.
El segundo se produce, cuando se tienen superficies reflejantes enfrentadas, una de esas superficies puede ser la pecera, una puerta o simplemente una pared sin tratamiento. El sonido reflejado repetidamente y en forma alternativa en esas superficies, lo mantienen por más tiempo que al resto que es absorbido por el tratamiento general de la sala. Se lo percibe en ciertos sectores de la misma como una prolongación inconveniente del sonido.
En general solo se produce para ciertas frecuencias (normalmente medias o bajas) y se lo debe eliminar con un tratamiento adicional específico para ese rango de frecuencias.
Ambos problemas están directamente relacionados con el diseño de la sala y se presenta muy frecuentemente cuando se “aprovecha” un recinto existente que originalmente tenía otro destino.
Sobre el tiempo de reverberación nos extenderemos algo más. Este parámetro constituye la condición necesaria (aunque no siempre suficiente) para lograr una sala correcta. En lo que sigue se dan los lineamientos para no especialistas como orientación válida para lograr resultados plausibles.
En primer lugar, debe fijarse como objetivo, valores de tiempo de reverberación propuestos por un especialista en la materia. No todos son coincidentes pero tampoco difieren substancialmente entre sí. En segundo lugar, debe definirse la cantidad de absorción a incorporar para lograr ese objetivo (lo que el especialista denomina Area equivalente de absorción). Finalmente, debe seleccionarse el material absorbente apto para lograr esa capacidad de absorción.
Uno de los productos FONAC más utilizados para la solución de estos problemas es el FONAC PRO.