La instalación de aislantes acústicos del tipo barreras aislantes resultan en la mayoría de estos casos la respuesta adecuada, contando además con que están especialmente desarrollados para resolver en espesores que se miden en milímetros la continuidad, densidad y en ultima instancia el comportamiento mínimo indispensable con el que deberá contar un material acústico especifico (que también es bueno solo para algo, no para todo).
A modo de conclusión preliminar pensar en la totalidad y resolver la parcialidad, vuelve a ser el sistema de resolución que diferenciará una obra más de una buena obra.
Para la próxima nota del mes de Septiembre y a modo de articulación entre las distintas áreas de la construcción, abordaremos el tema del Proyecto Urbano: áreas de ruido, previsión y campo normativo. Entendiendo a la ciudad como hecho cultural y al ruido urbano como un contaminante, abordaremos el estado de situación en nuestro medio.
Cuando en la nota anterior nos referíamos a las problemáticas típicas que surgen del quehacer “acústico” cotidiano, nos referíamos al caso de edificios sin requerimientos especiales (*) y que podrían ser por ejemplo, el de oficinas, viviendas, educación, etc.
En la mayoría de estos casos, los sistemas constructivos irán desde el tradicional a los prefabricados livianos, típicos de obra seca que en conjunto con las tabiquerías divisorias de oficinas y los sistemas de cielorraso suspendido, conforman la respuesta de “catalogo” a la hora de referirnos a este tipo de obras. Es a estos últimos, donde a fuerza de arreglos, reparaciones, reemplazos y completamientos de pliegos es a los que nos queremos referir;
Que una cosa sea buena para algo, no necesariamente significa que sea bueno para todo. Muy por el contrario, mientras mas especifico sea ese algo, probablemente exista también un sacrificio de rendimiento para el todo. Y esto en el caso que nos ocupa también se cumple.
Mas allá del juego de palabras, lo concreto es que cualquier material (de construcción o no), tendrá propiedades inherentes a su composición física. Es decir que, se podría decir con seguridad que la mayoría de los materiales que construyen nuestro entorno contaran con características (buenas, malas o neutras) térmicas, hidrófugas, acústicas, de resistencia estructural, tracción mecánica, etc. Un caso concreto en el quehacer específico de la acústica seria por ejemplo, los coeficientes de absorción que se les asignan a los ocupantes de una sala, por ejemplo un Teatro. Si, efectivamente, una propiedad acústica, es simultáneamente variable de calculo y receptor final del mensaje. Una conclusión apresurada podría interpretar que el último avance de la tecnología es acondicionar acústicamente a fuerza de agregar personas en las paredes de la sala…, no es la idea, pero vale como ejemplo.
Cuestión que, si pensamos en un sistema de cielorraso suspendido, unos paneles divisores de oficina o un tabique de placas de yeso, cementicias o de madera estamos entendiendo a estos como sistemas desarrollados para montajes rápidos y livianos, con estándares de producción mejor controlados y mas confiables.
Imagen 1,2,3: Esquema cielorraso desmontable, divisores de oficinas, tabiquería de placa de yeso.
En todos los casos nombrados, hablamos de cierres horizontales o verticales que ofician de límite y control al paso de personas y en la mayoría de ellos también restringen visuales, cambios térmicos, atenúan acústicamente, etc. De mas está decir lo practico de estos sistemas al momento de resolver en tiempo y forma el equipamiento de un edificio, y la versatilidad que aseguran al momento de las reformas.
Ahora bien. Cuando de acústica se trata, el requerimiento a esperar será: a) el de privacidad entre salas o b) acondicionamiento “puertas adentro” de la sala.
Y es aquí donde algo y todo empiezan a disociarse. Pretender que un cielorraso desmontable, un sistema de panelería de oficina o un tabique de obra seca posean además de sus cualidades de rapidez y versatilidad, buena perfomance acústica, es otra cosa.
Aquellas líneas fundamentales que sostienen la idea de salas acústicamente aisladas y que son la hermeticidad, la densidad y el peso de los materiales es aquí donde empiezan a no poder ser sostenidas por estos sistemas. Y es comprensible que sea así. Un sistema como tal, involucra subsistemas y partes que se relacionan (o en este caso se ensamblan) de manera de construir una respuesta. Y estos ensambles y uniones irremediablemente con llevan decenas de metros lineales de juntas, uniones, solapes, apoyos y otras formas de instalación que nada tienen que ver con la hermeticidad.
Imagen 4: esquema de tabique de placa de yeso
Ruidos entre oficinas a través de mamparas o por encima de los cielorrasos, tabiques sin aislantes específicos interiores, hermetizados deficientemente, puentes acústicos por las instalaciones o entre los cerramientos y el cierre perimetral del edificio, forman parte de la batería de problemáticas típicas en estas obras.
Imagen 5: Fallas en la hermeticidad del sistema
TABIQUE PLACA DE YESO AISLACION
Con hermeticidad deficiente Rw= 29/30
Con hermeticidad normal Rw= 47/48
Es aquí entonces, donde no se le deberá pedir a algo que haga todo, pero si que otro algo haga que complemente al primero, de manera de poner en el justo punto las posibilidades del primero y la necesidad del segundo.
Imagen 6: Sistema de placa de yeso con aislamiento acústica.
La instalación de aislantes acústicos del tipo barreras aislantes resultan en la mayoría de estos casos la respuesta adecuada, contando además con que están especialmente desarrollados para resolver en espesores que se miden en milímetros la continuidad, densidad y en ultima instancia el comportamiento mínimo indispensable con el que deberá contar un material acústico especifico (que también es bueno solo para algo, no para todo).
A modo de conclusión preliminar pensar en la totalidad y resolver la parcialidad, vuelve a ser el sistema de resolución que diferenciará una obra más de una buena obra.
Para la próxima nota del mes de Septiembre y a modo de articulación entre las distintas áreas de la construcción, abordaremos el tema del Proyecto Urbano: áreas de ruido, previsión y campo normativo. Entendiendo a la ciudad como hecho cultural y al ruido urbano como un contaminante, abordaremos el estado de situación en nuestro medio.
(*) Cuando nos referimos a que no poseen requerimientos especiales nos referimos principalmente a aquellos correspondientes a obra civil, no industrial y con requerimientos acústicos típicos.
Alejandro L. Giani
Arquitecto
Departamento Técnico